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PÚNICA GRANATUM
Su origen no está claro, se cree procede de Irán y Afganistán hasta el Himalaya, aunque ha sido cultivado desde la más remota antigüedad por todo el entorno mediterráneo, donde a veces esta naturalizado y se ha extendido por todo el mundo. Habiéndose asilvestrado en muchas partes.
El nombre del género Punica se deriva de los términos latinos malum punicum, manzana de Cartago, nombre con el que aludían a la manzana que les llegaba de Cartago, pues punicus significa cartaginés. La denominación específica granatum procede de la expresión latina malum granatum, literalmente manzana con semillas, haciendo referencia al fruto con gran cantidad de semillas.
En Madrid suele aparecer en forma arbustiva, raras veces como arbolillo, destacando los ejemplares que se encuentran en los jardines del Palacio de la Moncloa y en la mediana de la calle Méndez Álvaro. Este de los jardines del Campo del Moro se encuentra aislado por lo que su estampa es más vistosa.
Es un gran arbusto o a veces arbolillo de 3 a 6 m de altura, con el tronco derecho o torcido, corto, delgado y que se hace nudoso con la edad. Las flores son grandes y vistosas, carnosas como si fueran de cera. Tienen color rojo anaranjado muy vivo. Florecen de junio a septiembre. Los frutos son redondeados y están coronados por los restos de los lóbulos del cáliz. Miden de 6 a 8 cm de diámetro, con piel coriácea casi leñosa de color amarillo vivo, que se hace rojo en la madurez. Maduran de septiembre a octubre y persisten largo tiempo sobre la planta. Tardan 3 o 4 años en producir los primeros frutos.
Es una planta muy utilizada desde los primeros tiempos, ya citada en la Biblia, conocida por los egipcios 2500 años antes de Cristo, los asirios y los fenicios, incluso también en la antigua China. Ha jugado un papel importante en la mitología de muchas culturas. Los sirios la dedicaban a la diosa de la fertilidad, por la gran cantidad de semillas que produce, y los griegos a la diosa Afrodita como símbolo de amor y vida. Las flores y frutos han sido una fuente de inspiración para motivos decorativos, así antiguas culturas la han utilizado en sus frisos. El sabio Salomón decoró las paredes de su templo con motivos del granado; precisamente este rey se inspiró en los dientes de su cáliz para hacer su corona. Según el profeta Mahoma «había que comer granadas con frecuencia porque eliminaban del organismo el odio y la envidia». Formaban parte de los famosos jardines colgantes de Babilonia, que mandó construir Nabucodonosor para regalo de su esposa, entre los años 600 y 400 antes de Cristo.
Vive en cualquier tipo de suelos, con tal que sean sueltos, profundos y bien drenados. Aunque aguanta la sequía, agradece los riegos normales en los jardines. Tolera temperaturas extremas y soporta heladas no muy fuertes. Prefiere los calores y una gran iluminación. Soporta la contaminación urbana. El crecimiento es lento y puede vivir varios siglos. En estado silvestre tiene más espinas y sus flores y frutos son de menor tamaño.