El arroyo de la Fresneda, que en lugar de agua lleva arena, transcurre paralelo a la carretera M-513 de Boadilla a Pozuelo.
Dejamos el coche en el aparcamiento, junto al palacio del Infante Don Luis, y, bien remontando el arroyo, o siguiendo la senda peatonal, en poco menos de un kilómetro encontramos el primero de los árboles.
Se trata de una impresionante encina que protegida por una valla de madera nos muestra su gran contorno y su recio tronco que en seguida se divide en cuatro poderosas ramas. Si nos fijamos bien, podemos ver como la zona derecha del camino, algo más separada del cauce se encuentra más poblada de encinas, mientras que la zona izquierda es dominio absoluto de los fresnos.
Algunos metros más adelante, rodeado de otros árboles de su misma especie y tan importantes como él, vemos un monumental fresno de hoja estrecha (fraxinus angustifolia). Para hacernos una idea de sus dimensiones, la circunferencia de su tronco, medida a 1,80 metros del suelo es de 6,15 metros. Será digno de verse más adelante, cuando esté cubierto de hojas. (SABER MÁS: Árbol del Ahorcado)
Continuamos un poco más el paseo y, a la altura del polideportivo municipal, ¡el pino! Un ejemplar de fantástico, Con una altura y un estampa que nos deja sin palabras. Se trata de un pino piñonero (pinus pinea) que en busca del la luz ha alcanzado una altura superior a los 20 metros. Cerca de él encontramos otro gran ejemplar que también merece una mirada admiradora.
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