La calle Arroyo del Olivar mantiene en su trazado alguna señal que puede avalar el origen de su nombre. O al menos en parte. Del arroyo no queda nada. Y del olivar tampoco.Al menos estas reducidas muestras parecen dar argumento al callejero
El olivo que inicia la entrada se encuentra casi al principio de la calle, donde se separa de Martínez de la Riva. Y el segundo, ahora un grupo de árboles, un poco antes del final, donde se cruza con Buenos Aires.
Por cierto, no todo el mundo sabe que Martínez de la Riva fue una mujer. Concretamente, Isabel Martínez de la Riva, esposa de Melquiades Biencinto alcalde de Vallecas en 1899, tratante de ganado y dueño de carnicerías. Por esta calle pasó la antigua maquinilla yesera camino de la fábrica de Yesos «La Invencible» en la Villa de Vallecas.
Y aun un tercer bloque formado también , com al principio de la calle, por un sólo Olivo. Antes de continuar su trazado como vía y cambiar de nombre al cruzar Pedro Laborde, y pasar a llamarse Guillermo Pingarrón, hay otro olivo. Solitario, dando pena tras una alambrada, pidiendo que alguien HAGA ALGO CON ÉL, PARA PROTEGERLO DE LA ZAFIA ESPECULACIÓN INMOBILIARIA, en medio de un solar asomandose a Arroyo del Olivar, justo enfrente de un pub nocturno, y rodeado de heces de perros.
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