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En el Retiro en cualquier lugar salta la sorpresa.
En este caso, paseando alrededor del estanque encuentros dos ejemplares preciosos de sequoia sempervirens (para distinguirla de la sequoia gigante hay que fijarse en sus hojas, más parecidas a las del tejo).
La sequoia es un árbol muy longevo cuyo nombre se deriva de un indio de la tribu «cheroquee» llamado Sequoiah.
Muy apreciado en jardinería por su forma cónica, sus ramas colgantes y su gran altura. También, como en este caso, puede derivar a forma extrañas debido a la tendencia que tiene de echar chupones que se hacen tal altos e importantes como el tronco primitivo, formando así un árbol con varios troncos. En realidad, esta es su forma natural de renovación
ArbolesdeMadrid 