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No es fácil encontrar robles de este tamaño y de este porte en la ciudad de Madrid.
No es zona propicia para la hoja caduca. Por eso, éste de la Casa de Campo cobra especial relevancia.
Un poco escondido. Un poco oculto por la vegetación de los alrededores, favorecida por la presencia del arroyo Meaques, este árbol pese a su proximidad al zoo y, por tanto, a la acción normalmente depredadora de la especie humana, ha conseguido superar los 150 años en muy buen estado.
Tiene, según cuenta el cartel, unos 17 metros de altura y una copa de unos 18 metros de diámetro. El grosor del tronco es de unos 4,5 metros.
Cerca, muy cerca, hay otros muchos robles a los que aun les quedan varias decenas de años, quizá alguna centena, pera llegar a adquirir la apariencia de este. Algunos podrán verlo.