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Ulmus minor

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Al olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido, con las lluvias de abril y el sol de mayo, algunas hojas verdes le han salido. A. Machado. Es el único que queda. ¿Por qué éste venció la grafiosis cuando sus congéneres perecieron?

Dicen que Churriguera, diseñador de la ciudad industrial de Nuevo Baztán por encargo se su promotor Juan de Goyeneche, proyectó rematar su proyecto con una hilera de olmos que alargasen la perspectiva hacia la puerta del palacio, de forma que, desde lejos, se creara un triángulo verde que acabara su punta en el hermoso edificio.

Desgraciadamente de la plantación inicial sólo queda uno. ¡El resistente! Rodeado de carreteras con el ir y venir constante de gran numero de vehículos y al lado de la gasolinera. Menos bucólico imposible. Y, ¡Ahí está! Como diciendo: no me moverán. ¿Para cuando una adecuada peatonalización que lo proteja y realce el entorno en que se encuentra? Parece ser que, en los últimos tiempos se está invirtiendo en el pueblo de forma que por fin adquiera la relevancia que la idea inicial de Goyeneche merece. Pero aun queda mucho.  Y mientras tanto el olmo aguanta.